Arriesgar: Exponerse, aventurarse, afrontar, decidir, animarse, comprometerse, resolver, determinar, lanzarse, intentar, emprender.
Sí. El riesgo es inherente a la raíz semántica del verbo, como si estuviera implícito en su acción.
Pero la vida es fricción, estallido, eclosión, movimiento. Por eso necesita irrupción, temblor, agitación, convulsión, brote, revelación.
Así que no permanezcas inmóvil, frío. Ni te detengas impasible, impávido o apático. La quietud nos congela. Nos enmudece. Nos debilita.
Por más desafíos, lágrimas o pasado; no dejes de intentarlo. Cruzá. Saltá. Hacelo.
Perderás algo. Tal vez poco, bastante o demasiado. Pero al final crecerás. Y eso amigos, es lo mismo que ganar.
Nota al pie:
Por si hay alguna duda, no soy experta en el asunto de tomar riesgos (incluso admiro a quienes lo son); tampoco escribo desde la sabiduría o la recomendación pero aunque muchas veces los miedos me paralizaron, nunca dejé de crecer (o eso intento).
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